¡No me Olvides! ~ Capitulo 6


Capitulo 6

Era sábado y Gabriela ya se había despertado. Encendió la televisión- tratando de recordarse como le había enseñado su hermano- y comenzó a cambiar canales. Era temprano aun como para que hubiera algo interesante- aunque para ella casi todo era interesante-, así que lo dejo en un canal de música. Tras dejarlo ahí unos minutos, pusieron una canción llamada “Love Story” de Taylor Swift. Por alguna razón, a su mente vino una imagen pero no pudo verla bien. Pensó que no era importante y saco eso de su cabeza.
A las 9:30am, sus padres la vinieron a buscar. Belén le trajo ropa para que se cambiara. Se demoró aprox. 20 min en cambiarse ya que su cuerpo le dolía. Apoyada en los hombros de sus padres, bajo al estacionamiento. Subieron al auto y partieron rumbo a su casa. Mira en silencio por su ventanilla, estaba algo desanimada, sin saber el motivo. Pasaron cerca de una pequeña plaza, cerca de una escuela. De nuevo a su mente, vino una imagen: era un chico algo sonrojado, pero no lo pudo distinguir bien.
Llego a su casa, no muy grande ni muy pequeña, de dos pisos, color damasco y tejas rojas, con un bello jardín. Al entrar, Ignacio la recibió con los brazos abiertos.
- ¡Hermanita!- dijo mientras la abrazaba.
- Hola Ignacio- dijo también abrazándolo.
- ¿Dormiste bien?- pregunto alejándola un poco para verle la cara.
- En esa cama, seguro- respondió sarcástica.
- Ven, vamos a tu habitación- dijo Belén.
Suben al segundo piso lentamente, y entran en la última puerta de la derecha. La habitación estaba decorada como para una niña de 6 años, cuando ahí dormía una chica de 15 años. Siempre le habían gustado las cosas lindas y tiernas, por lo que su habitación estaba llenas de ellas. Ignacio, que se encontraba atrás de su hermana y de su madre, se dio cuenta que habían sacado muchas cosas de ahí, cosas que le había dado Daniel o que ella tenía de él, peluches, fotos, brazaletes, entre otras. Él sabía lo que intentaban sus padres, pero no podía hacer nada por ahora, ella no se recordaba de Daniel, no sabía lo que estaban haciendo. Pero no se iba a quedar con los brazos cruzados, en cuanto todo estuviera más “normal”, iba a hacer que ellos estuvieran juntos, quería ver a su hermana feliz otra vez.
- Más tarde- dijo Belén cuando Gabriela estaba sentada en la cama- Isidora va a venir a verte.
- ¿Isidora?-pregunto confundida.
- Tu mejor amiga, se emocionó mucho al oír la noticia y ya no aguanta más no verte- dijo sonriente.
- ¿En serio?- pregunto sorprendida al escuchar cómo era ella.
- Sí, bueno, vamos a desayunar.
- Ok.
Bajaron a la cocina y desayunaron tranquilamente, conversando de cosas sin importancia. Al terminar, sube a su habitación, se sienta en su cama y mira a todas partes. Cada vez sentía más que le faltaba algo. Se acerca a una pequeña radio y busca como prenderla. Era frustrante para ella no saber hacer algo tan simple. Después de como 10 minutos, pudo hacer. Sonrió complacida y se acostó a disfrutar de la música.
Eran las 11am, y siente que alguien golpea la puerta. Apaga la radio y baja. Al estar a la mitad de la escalera, ve a una chica de cabello corto y dorado, no más a alta que ella, de espalda hablando con los padres de Gabriela. Al sentir que alguien había bajado, se voltea, y dice con sus ojos verdes iluminados:
- ¡Gaby!- corre escalera arriba y la abraza fuertemente, fue un milagro que no se cayeran- ¡Te extrañe mucho!- dijo sin siquiera soltarla.
- Isi, cuidado que se pueden caer- le advirtió Belén.
- Lo siento- rió un poco- Ven, te voy a ayudar a recordar.
La tomo de la mano, sin siquiera dejar hablar a Gabriela y la llevo a su habitación. Estaba muy emocionada y contenta de que su amiga haya despertado. Ambos habían sido amigos desde los 5 años y prácticamente, eran hermanas, ya que compartían todo y sabían todo de ambas. Pero, los padres de Gabriela ya le habían advertido que no podía mencionar a Daniel por ningún motivo. Tampoco le agrado la idea, pero no tenía elección. 

Mi Princesa ~ Capitulo 4: Prometido


Capitulo 4: Prometido

Unos ojos azules profundo la hipnotizaron al instante. Su cabello negro brillaba bajo la luz del candelabro. Sus mejillas color carmesí resaltaba en su blanca piel y una pequeña sonrisa salio de susrosados labios.
- Buenas noches, princesa- saludo cortesmente
- Bue-enas noches- tartamudeo levemente- ¿Cuál es su nombre?
- Alexander Buscemi, pero si su majestad se lo prefiere me puede decir Alex- le extiende la mano- ¿Me permite bailar con usted esta pieza?
- Con gusto, Alex- contesto tomando su mano
Alexander colocó su mano libre en la cintura de Elise y la atrajo más hacía él- La canción que tocaba la orquesta era muy lenta, ellos prácticamente bailaban pegados pero a ninguno le molestaba. 
- ¿Cuantos años tienes?- pregunto la princesa
- 20 años
- ¿No deberías estar casado ya?- pregunto confundida
- No, porque la estaba esperando- contesto sinceramente
- No es cierto- contradijo mirando hacía otro lado
- Si, lo es, princesa- se quedo callada- ¿No me cree?
- Claro que no, ¿como supones que te voy a creer?
- Si es verdad, su majestad. Les dije a mis padres que iba a esperar que usted cumpliera sus 18 años porque yo me quería casar con usted.
- Pero... ¿y si yo dijera que no?
- Pues, tendré que aceptarlo. Mientras usted este feliz, a mi me basta.
Era lo más tierno que había oido jamás. Él esta dispuesto a olvidar su felicidad por la de ella. Elise quería gritar y saltar de la emoción, pero mantuvo la compostura. La canción termino y se separaron sin soltarle la mano.
- Si quieres, podemos ir a un lugar más privado- ofreció Elise
- Por supuesto, princesa
- Por favor, dime Elise
- Claro, Elise
Aun con las manos tomadas, salieron a los jardines de palacio. Conversaron, rieron y pasaron un buen rato junto, conociéndose más. Dentro de ella, nuevas emociones iban naciendo, nuevos sentimientos. Algo que ella jamás había experimentado.
- Sabes, me la he pasado espectacular hoy contigo
- Yo también, Elise
- Eres un chico estupendo, y a decir verdad, eres el mejor con él que estado esta noche
- Es un honor escuchar eso de usted
Siguieron caminando con las manos tomadas, ella no podía parar de sonreír. Ansiaba que dijera lo que ella tanto esperaba, lo que había soñado por años.
- Elise- empezó poniéndose frente a ella.- Cariño, princesa mía. Estas tan bella esta noche, bueno, tú siempre haz sido bella. Desde pequeña hasta ahora que ya eres una mujer. Eres tan simpática, eres inteligente, eres tierna. Tienes todo, eres la perfección en persona. Y yo... Yo simplemente soy un ser imperfecto enamorado de un ángel. Se que quizás no te dare muchas cosas, pero si te daré mi incondicional amor. Elise, ¿darias el honor de ser tu esposo?
Estaba al borde de las lágrimas. Su corazón latía frenéticamente. Si antes estaba emocionada, ahora no sabía que era este sentimiento.
- Yo... yo claro que acepto- y lo abrazo sin poder evitarlo.
Él también la abrazo hundiendo su rostro en el cabello de la chica. Las lágrimas ya le corrían por las mejillas. No podía creer que ya había encontrado al chico indicado. Ya pronto se casaría y formaría una familia. Tendría 2 hijos, siempre quiso tener 2 hijos, una niña y un niño.
Pero Elise, no sabía lo que en la mente del chico se escondía. No sabía uno de sus peores secretos. Ella aun no sabía que incluso en los cuentos de hadas, los finales felices son escasos.

Nota: Solo decir, nada es lo que parece.

¡No me Olvides! ~ Capitulo 5

Capitulo 5

A la mañana siguiente de su visita, Gabriela empieza a mover sus ojos, y lentamente los abrió. Lo primero que vio, fue la luz cegante del tubo fluorescente que había encima de ella. Cerró sus ojos un poco y trato de que la luz, la dejara ver. Al poder ver nuevamente, miro a todos lados confundida, todo en ese lugar era blanco, y olía a limpio, no entendía que pasaba. “¿Dónde estoy?”, pensó, “¿Qué me paso?”. Su mente estaba completamente en blanco, no recordaba nada. Ningún lugar o persona, ni nombre o cosa. Sus recuerdos se habían borrado. Se sentó lentamente en la cama, pero apenas podía, le dolía mucho el cuerpo, y las agujas que tenía clavadas en sus brazos, no le hacía mucha ayuda. Se quedo, nuevamente acostaba.
- ¿Aló?- grito- ¿Hay alguien aquí?
En ese momento entra una enfermera, y al verla despierta, sale inmediatamente de la habitación, para avisarle al médico. Gabriela estaba cada vez más confundida. No reconocía a la joven. ¿Quien era? Unos minutos más tarde, entra un hombre de unos 60 años, bajo y algo regordete, cabello blanco como la nieve, ojos verdosos, con arrugas en su cara y con una bata blanca y un estetoscopio colgando del cuello. Su rostro tenía aspecto amigable, pero aun así a Gabriela, le dio un poco de miedo.
- Hola- dijo él con una sonrisa en el rostro- ¿Cómo te sientes?
- Bien, aunque me duele un poco la cabeza- respondió tímidamente y aun tratando de sentarse.
- Ven, te ayudo a sentarte- le toma las manos y con cuidado, la sienta en la cama.
- Disculpe, ¿Quién es usted?- pregunto temerosa por la respuesta.
- Soy tu doctor, me llamo Sergio Salinas
- ¿Doctor? -asintió- ¿Qué hago yo aquí?
- ¿No te recuerdas?-pregunto confundido.
- No, lo último que recuerdo es haberme despertado hace unos momentos, ¿Qué me paso? 
- Te atropellaron hace ya un mes y quedaste en coma, y al parecer tienes amnesia.
- ¿Amnesia?
- Si, perdiste todos tus recuerdos. Deja llamar a tus padres y te sigo explicando.
- Esta bien.
El médico salió y llamo a los padres, quienes se alegraron muchos con la noticia. Volvió junto a Gabriela y le explico un poco más que era la amnesia y le dio un poco de información sobre ella.
Ella estaba muy confundida. Según lo que dijo el médico, tenía un tipo de amnesia que le hacía olvidar todo lo que había vivido antes del accidente. También le dijo que era probable que quizás su memoria nunca volvieran. A la media hora, llegaron sus padres. Antes de que pudieran volver a ver a su hija despierta, les dice:
- Su hija está en perfecto estado físico, pero me temo que perdió su memoria.
- ¡¿Qué?!- dijeron ambos a la vez.
- Sufre de amnesia retrograda, perdió todos sus recuerdos de antes del accidente.
- ¿Se pueden recuperar?- pregunto Belén en busca de una solución.
- No se sabe.
- Ok- dijo Eduardo desanimado- ¿Podemos verla?
- Claro- respondió abriéndoles la puerta.
Entran, y al momento de verlos, los saluda.
- Hola- dijo sonriente como siempre.
- Hola- contesto Eduardo acercándose a ella- ¿Sabes quienes somos?- lo negó con la cabeza
- Nosotros somos tus padres- respondió Belén tomándola de la mano- Yo me llamo Belén, y él es Eduardo.
Se quedaron en silencio. Gabriela quería decir algo pero no sabía qué.
- Te hemos cuidado desde siempre- continuo el padre-, y más ahora. Tu hermano te extraña mucho, nos ha dicho que quiere que vuelvas. Puedes preguntarle a cualquier persona de aquí, y te va a decir que es verdad.
Un silencio incomodo invadió la habitación, pero ella lo interrumpió.
- ¿Un hermano?
- Si, se llama Ignacio y te quiere muchísimo.
- ¿Nos recuerdas?-pregunto la madre ilusionada.
- No, pero en mi interior se que los conozco, además, si no fueran mis padres no se preocuparían tanto por mí.
 Sus padres se emocionaron mucho al oír esto y fueron a abrazarla. Al principio, Gabriela se sintió extraña, pero al final, los abrazo igual. Era un momento muy bello.
- Lo siento, ¿interrumpo algo?- pregunto el médico después de unos minutos.
- No se preocupe, ¿Qué sucede?
- Solo les quería decir que le vamos a hacer unos exámenes y si todo sale bien, se podrá ir mañana.
- ¡Gracias!- dijo aliviada Belén.
- Eso sí, cada cierto tiempo tendrá que venir para ver cómo va todo, no queremos que algo salga mal, mejor prevenir que lamentar.
- ¡Claro! Gracias por todo, doctor.
- No hay que agradecer- dijo humildemente.
Sale nuevamente de la habitación, y los tres quedan solos otra vez.
- Más tarde, vamos a llamar a tu hermano- dijo Belén
- ¿No lo pueden llamar ahora?-pregunto algo triste
- No, corazón- respondió su padre cariñosamente- Esta en clases, pero de seguro se alegra mucho cuando le digamos- ella sonrió al oír esto.
Siguieron conversando y contándoles sobre su vida, sus amigos, familia, estudio, todo, menos de su novio, Daniel. Ellos querían que se olvidara de él y esta era la oportunidad perfecta. A las 15:30pm, llamaron a Ignacio que, como dijeron sus padres, se alegro mucho y no tardo en llegar donde su hermana.
- ¡Gaby!- dijo mientras se acercaba a ella y la abrazaba, quedo muy extrañada.
- Él es tu hermano- dijo Eduardo y ahí entendió.
- ¿Por qué le dicen quién soy?-pregunto confundido.
- Perdió la memoria.
- ¡Oh!, bueno, no importa- dijo sonriente- Yo te voy a ayudar a recordar.
Conversaron, rieron y pasaron un agradable momento junto. Ese día, no recibió la usual visita de Daniel, ya que él pensaba los padres se molestarían por su comportamiento el día anterior. Pero, Gabriela al no recordarlo, no le importo, aunque en su interior, sentía que le faltaba algo, pero no sabía qué o quién. Le hicieron varios exámenes durante el día y en la tarde les dieron los resultados: no había nada malo en ella.
En la noche, sus padres y hermano, se despidieron y le dijeron que la vendrían a buscar en la mañana. Se acomodo en ese duro colchón y blanda almohada, he intento dormir. Aun pensaba en eso que le faltaba. Ella sabía que su corazón no estaba completo, una parte de ella le faltaba, pero estaba muy cansada como para pensarlo y se durmió.

Inspiring Song ~ The Climb - Miley Cyrus



Casi puedo verlo, lo que estoy soñando, pero hay una voz dentro de mi cabeza que me dice:
"Nunca lo alcanzaras".
Cada paso que doy, cada movimiento que hago
Me hace sentir perdida y sin dirección. Mi fé empieza a temblar.
Pero tengo que seguir intentándolo, tengo que mantener mi cabeza bien en alto.

Siempre va a haber otra montaña, siempre vas a querer hacer que se mueva, siempre va a ser una batalla difícil, que a veces voy a tener que perder.
No se trata de cuan rápido llegué ahí ni tampoco de lo que me espera al otro lado.
Es la subida.

Las luchas que se me presentan, las posibilidades que estoy teniendo.
A veces me golpeo, pero no me estoy rompiendo.
Tal vez no lo entienda ahora, pero estos son los momentos que más voy a recordar
Solo tengo que seguir adelante
Y yo, tengo que ser fuerte, seguir empujando por que...

Siempre va a haber otra montaña, siempre vas a querer hacer que se mueva, siempre va a ser una batalla difícil, que a veces voy a tener que perder.
No se trata de cuan rápido llegué ahí ni tampoco de lo que me espera al otro lado.
Es la subida.

Siempre va a haber otra montaña, siempre vas a querer hacer que se mueva, siempre va a ser una batalla difícil, que a veces voy a tener que perder.
No se trata de cuan rápido llegué ahí ni tampoco de lo que me espera al otro lado.
Es la subida.

Sigue adelante, sigue escalando, mantén la fé, cariño
Todo se trata, todo se trata de la subida
Mantén la fé, mantén tu fé.