Había una Vez (5) - Simple Coincidencia


     Ella caminaba por las calles de la ciudad. Una ciudad que no conocía de nada pero que sentía como propis. Sentía que había vivido de ahí desde hace años, que conocía cada calle y cada construcción que la formaba. Entro en la tienda de la esquina y vio a un señor mayor, cubierto de canas y arrugas. Vio un gato sobre el meson y cuando quiso acariciarlo, se levanto por lo que trato de alcanzarlo.
     Se sento sobre el sofá con un vaso de jugo helado entre sus manos. Observaba el pequeño cuarto que había arrendado. Las cosas aun estaban embaladas y el lugar estaba un poco descuidado, pero sentía que ya era su hogar. La puerta sono. Se levanto dejando su vaso sobre una de las cajas y fui a abrir.
     Empujo el carrito del supermercado por el pasillo de limpieza mientras por el altoparlante sonó una oferta en las carnes. Tomo un lavaloza y lo dejo en su carrito, alejado de las cosas comestible. Paro un momento para buscar un detergente barato y siguió empujando el carrito a la sección de las carnes tentada por la oferta que acababa de oir.
     Camino por la Costanera, sintiendo la brisa marina y los rayos del sol sobre su piel. Disfrutando los pocos días del verano que quedaban. Un fuerte viento soplo y el panuelo que tenia en su cuello volo por el rojo cielo. Mantuvo su vista en él hasat que sintió alguien frenet a ella, bajo la mirada y vio a un chico sujetando su pañuelo. Su rostro era borroso, solo se distinguía su sonrisa, era clara. Ella estira su mano para coger el pañuelo...

- Señorita- la mueven suavemente- Señorita, despierte- abre un poco los ojos- Ya vamos a llegar- le dijo el auxiliar
- Emm... gracias- respondió aun adormilada y él se fue
     Se acomodo en su asiento, estirandose, 8 horas en un bus no era muy comodo. Se restrego los ojos con una mano y apoyo su cabeza contra el asiento mirando por la ventana, aun no despierta del todo. Se levanta después de un rato y fue al baño. Se mojo la cara, entonces recordó del sueño que acababa de tener. Solo recordaba algunas cosas, todo era confuso. El único recuerdo que le quedaba era el pañuelo y esa sonrisa. Le gustaban ese tipo de sueños, la hacían despertar con una sonrisa.
     Golpearon la puerta del baño por lo que se apresuro a salir y volver a su asiento.
     El poco tiempo que quedaba de viaje, lo paso ordenando sus coasa y pensando en su sueño. Esa si era una buena forma de empezar una nueva etapa de su vida.
     Llegaron a su destino y bajo del bus en busca de sus maletas. Salio del terminal y miro el papel que saco de su bolsillo. Era la dirección de su nueva casa, pero no sabía donde quedaba. Pregunto a un kioskero y él le indico donde quedaba. Cruzo la calle y empezo a caminar por las calles en busca de la casa.
     Esto le hacía sentir tan extrañamente familiar, sentía que ya había vivido esto antes pero no de donde esto. Reviso la dirección, ya estaba en la calle pero no sabía que casa era. Entro a una tienda que estaba en la esquina para preguntar. Un señor mayor atendía y había un gato sobre el mesón.
     “¿Dónde había visto esto antes?”, pensó.
- Disculpe- hablo ella, tratando de ignorar lo anterior
- Diga- respondió amablemente el anciano
- ¿Dónde esta ésta dirección?- pregunto pasandole el papel, él lo leyo
- Ah! Tu vas a ser la ueva vecina- miro extrañada al señor- Esto es aquí al lado solamente. Seles, doblas a la izquierda y golpeas la 2° puerta
- Gracias- contesto con una sonrisa- Creo que nos veremos seguido así que hasta pronto
- Hasta pronto
     Salió y siguió las indicaciones. Tocó el timbre y poco después le abrió una señora.
- ¿Si?- pregunto ella
- Soy la nueva arrendataria
- Claro! Adelante, pasa- si hizo a un lado y la dejo pasar- Ven, vamos a dejar tus cosas. Tenemos que arreglar unos papeles pero eso lo podemos ver después. ¿Cuándo llegan tus cosas?- suben las escaleras
- Hoy, en cualquier momento pueden llegar- respondió
- Oh! Ok. Ven por aquí- doblaron a la derecha y pararon en la 2° puerta, saco una llave y abrió la puerta- Aquí esta- le pasa la llave- Si necesitas algo, golpea- apunta la puerta del fondo
- Gracias- se fue y ella entro.
     No era una casa muy grande, pero era suficiente apra ella. Fue a la que seria su habitación y dejo sus maletas. Se saco un poco de ropa para estar más comoda. Se tomo el pelo y reviso que el agua sirviera. Sintipi un camión afuera. Cerro la llave y se asomo por la ventana. Eran ellos. Bajo las escaleras y les indico lo que tenían que hacer.
     Estuvieron el resto de la mañana subiendo sus cosas. Lo más díficil fueron el sofá y la cama. Cuando se fueron, ella bajo a comprar una botella de jugo ya que tenía mucha sed. Busco en las cajas los vasos y saco uno. Lo lavo y se sirvió, fue al sofá sentandose con los pies arriba. Esto nuevamente se snetía familiar, como si ya lo hubiera vivido.
     Entonces se dio cuenta. Su sueño. Esto lo había vivido en su sueño. La calle, el gato, esto. Era demasiada coincidencia.
- Es solo coincidencia- se dijo a si misma- Esto no puede ser real- rió nerviosa bajando los pies- Si esto fuera como en el sueño, ahora tocarian la puerta.
     Y la puerta sonó. Se quedo asombrada y luego rió nerviosa nuevamente.
- Es solo una coincidencia. Solo una coincidencia- trato de convecerse a si misma
     La puerta volvió a sonar por lo que se levanta y abre la puerta. Era la dueña.
- Tienes que firmar unos papeles- le dijo
Emm... si, claro, enseguida- se da la vuelta para dejar el vaso en la cocina
- ¿Te paso algo?- pregunta
- No, no, nada- responde volteando la cabeza- Ya vamos- dijo saliendo
     Acompaña a la señora a su casa a firmar unos papeles. Trato de concentrarse en los papeles y no en esas estupideces.
     “Son solo coincidencias”, se repetía en su cabeza.
     Cuando termino, volvió a su casa. Ordeno un poco pero se dio cuenta que no tenía nada de comida ni cosas para limpiar. Tenía que ir al supermercado. Entonces recordó la otra parte de su sueño. Sacudió la cabeza, tratando de sacar esa idea de su cabeza. Tomí el dinero y sus cosas y se encamino al supermercado más cercano.
     Tomí un carrito, aun dudando, pero al reaccionar de lo tonta que se debía ver, tomo el carro y empezo sus compras. Compro comida, pan, cosas para el baño y por último, las cosas de aseo. Camino lentamente por el pasillo, todo parecía tan igual. Entonces escucho el sonido de antes de anunciar una oferta. Casi involuntariamente ella dijo lo que ya antes había oido.
- Si compra ás de $3000 en carnes, lleva un descuento del 20%. No se pierda esta única oportunidad- dijo a la vez con el altavoz
     Estaba estupefata. No podía creer que esto estuviera pasando en verdad. Todo lo que había soñado había pasado en verdad. La calle, el gato, el sofá y ahora el supermercado. Solo faltaba el pañuelo y esa sonrisa. Tenía que hacerlo, tenía que intentarlo. No tenía nada que perder, excepto su salud mental.
     Tomo las cosas que le faltaban y fue a pagar. Estaba ansiosa, quería llegar a su casa. Se sentía estúpida pero que más daba. Volvió corriendo a casa y dejo las cosas en cualquien lugar. Busco entre sus maletas su pañuelo favorito. Salió nuevamente y tomo el autobus que la dejara cerca del mar, no sabía muy cual era pero poco le importo.
     Cuando bajo, el cielo se estaba volviendo rojo. Camino un poco y entonces sintió ese fuerte viento. Su pañuelo volo y lo siguió con la vista. Sintió alguien frente a ella, pero cuando miro, se encontró con la nada. Volteo a todos lados pero no había nadie. Volvió su mirada al pañuelo y vio como se iba por los cielos. Lo quedo mirando, sintiendo una gran decepción y estupidez. ¿Qué estaba esperando? ¿Un principe azul? Espero demasiado de un sueño y al final solo quedo con las esperanzas muertas y sin su pañuelo favorito.