Lección de Vida ~ Capítulo 2



Capítulo 2
Aldana’s POV

Camine hacía la entrada del colegio, recibiendo las miradas de todos los chicos. Sonreí y camine a donde estaban mis amigas. Ellas me esperaban con los brazos cruzados y con la mirada de “¿Lo trajiste?”.
- Hola chicas- las salude dándole un beso en la mejilla a cada una.
- ¿Y?- pregunto Cami
- Aquí esta- le dije mostrando el teléfono que estaba en mi mano.
- Menos mal que papá me lo había comprado, o si no hubiera estado muerta.
- Pensé que era mentira, ya nos íbamos a enojar contigo.
- ¿Perdón? ¿Pensaste que era una mentirosa?- le pregunte ofendida- O sea, ¿qué te pasa?
- Ya, sorry, si no es para tanto- dijo Lucia
- Que no se vuelva a repetir, o si no hago que su reputación se vaya por el hoyo, ¿ok?
- Ok- dijeron ambas.
- Oye, Cesar te está mirando- dijo Cami
Me voltee y era verdad. Estaba con sus amigos pero me miraba fijamente a mí. Rodé lo ojos y mire a mis amigas.
- ¿Ustedes están locas o qué? ¿Acaso no lo han visto? ¡Es un loser!- les grite haciendo una “L” con la mano sobre mi frente-. Además se junta con mi hermana. ¡Jamás saldría con alguien que estuviera cerca de ella! Ya hemos hablando de esto, ¿por qué siguen sacándolo a flote? Dios, necesito nuevas amigas
Me gire y camine hacía la sala ya que habían tocado y ellas me siguieron. Cesar se me había declarado a principio de año pero yo lo rechace, no era mi tipo. No me preocupaba por eso, tenía muchos pretendientes así que tengo de donde elegir.

Stephanie’s POV

No puedo creer que lo haya hecho.
Mi papá es demasiado estúpido. ¡¿Cómo se le ocurre haberle comprado el celular?! Me dan ganas de ahórcalo. Y a Danna también.
Suspire y deje colgando mi cabeza hacia atrás mirando el cielo gris. No había rastro de que el sol fuera a salir. Estaba tan concentrada mirando al cielo, cuando escucho el sonido de una bolsa de papas fritas. Miro hacía un lado y fruncí el ceño.
- ¿Quieres dejar de hacer eso?- pregunte a Dani- Me molesta el sonido
- Tengo hambre- se excuso
- Ya, pero no metas tanto ruido, ¿ya?
- ¿Qué te pasa?- cambio de tema- Andas enojada.
- ¿Tú que crees? ¿Cuál crees que es el motivo de mi enojo? No sé, piensa. Quizás tiene que ver con el hecho que mi papá es un estúpido. ¿Acaso no se te ocurrió?
La mirada de Dani se hizo triste y la escondió. Dios, soy estúpida. Me enderece y me acerqué a ella para abrazarla.
- Lo siento, no tengo que desquitarme contigo. Perdón- le dije apoyando mi cabeza en su hombro
- No te preocupes- me toma la mano. Yo solo sonreí- Y ya no te preocupes por ella, tarde o temprano tus padres se daran cuenta de que no le estan haciendo ningún bien a ella
- Espero que sea más temprano más que tarde- respondo suspirando y soltandola para que pudiera comer tranquilamente
Cesar se acerca y se sienta en la misma banca que nosotras.
- ¿Qué hay?- nos pregunta
- No mucho- respondemos a la vez
- ¿Y a ti que se pasa?- me pregunta a mi- Te he visto rara desde la mañana
- No, nada, solo problemas- respondí apoyando mi cabeza en las piernas
- ¿No quieres contarmelo?- se ofreció
- ¿Para qué? Si ya supongo debes suponer de que o mejor dicho, de quien se trata- suspire frustrada y me senté- ¿Cómo te puede gustar alguien así?- le pregunte con verdadera curiosidad- Explicame por favor, iluminame, porque de verdad no lo entiendo, ¿qué se supone que es lo que ves en ella? Porque yo no puedo ver nada
- No lo sé, no sabría decirlo. Es linda y... no sé.
- ¿Por qué es linda te gusta? Que estúpidez. Hay un millón de chicas lindas, incluso más que ella, y que son mejores personas que ella. En serio, dame una sola razón por la que te guste que no sea porque es linda- se quedo callado- ¿Ves? Buscate a alguien mejor, a alguien que si te meresca, no esa perra.- cruce los brazos y volví a tirar mi cabeza para atrás- Me van a terminar sacando de quicio.
El timbre toco y cada uno fue a su clase, yo con Danny y él con mi hermana. Agh, odiaba decirle así. El resto del día paso un poco más tranquila ya que casi no la vi. Eso me gusto. No tenía ganas de que siquiera se me cruzara o que me hablara. Por suerte, ella jamás hacía eso último. Aunque sabía que con una sola mirada que me diera, la iría a golpear.
Aun me tenía preocupada lo que me había dicho ayer mamá. Obviamente no quería que mi vida cambiara, me gustaba como era. Pero las cosas no siempre pueden ser color de rosa. Si es que la empresa de papá llegaba a quebrar, yo simplemente tendría acostumbrarme a mi nueva vida. Pero no quería pensar en eso, quería pensar todo esto iba a pasar y que esto lo recordariamos como un amargo recuerdo.
Salí del colegio, y me quedé esperando ahí un largo rato. Me despedí de Danny y Cesar, que se fueron antes y seguí ahí. Aldana también ya había salido y esperaba a mamá, pero obviamente estaba muy alejada de mi. Nos quedamos ahí como por media hora. Era extraño que no haya llegado, ella siempre estaba antes que nosotros salieramos. Me preocupaba. ¿Si le había pasado algo? Lo mejor era que me fuera a casa. Tampoco es que fuera tan lejos, bueno, quizás si, pero iba a llegar de todos modos a casa así que no importaba.
Saqué mi iPod, lo prendí y me puse los audifonos y empecé a caminar. Simplemente me deje llevar por la música hasta que siento que alguien me llama. Me volteo sacandome un audifono y veo a Danna que me sigue.
- ¿Qué?- le dije
- ¿A donde se supone que vas?- pregunto- Hay que esperar a mamá
- No creo que vengan- seguí caminando
- ¿Pero y si llega?
- Pues- me volteo nuevamente- quedate ahí hasta que llegué y deja de molestarme- le respondí exaperada y volví a caminar
Podía sentir que al rato ella empezo a seguirme. No lo tome en cuenta, simplemente seguí mi camino. Estuve todo el camino escuchando mis canciones, apreciando cada notas de ella. Había tantas que quería aprender a tocar en guitarra, siempre que intentaba tocar una se me ocurría otra y así sucesivamente, nunca me podía concentrar en una sola.
Me, bueno, nos tomo casi una hora llegar a casa y tenía que admitir que los pies ya me estaban matando. Y me imaginaba como debía estar Aldana con esas botas de taco alto. Se lo merecía. Entramos al edificio donde viviamos y sentí las miradas que nos daban los vecinos que pasaban por nuestro lado. Murmuraban cosas entre si, pero no lograba entender que decían. Entramos al ascensor junto con una señora y su hija. Nos miraron y empezaron a susurrar entre ellas. Odiaba que la gente hiciera eso. Si querían decir eso, que me lo dijieran a la cara.
Llegamos a nuestro piso y salí rápidamente, no quería estar ahí más, y saqué mi llave para entrar a casa. Cuando entre al departamente se veía raro. Se veía más... vacio. Mamá estaba en la sala sentada en el sofá dandonos la espalda y papá estaba de pie junto a ella. ¿Qué hacía papá a esta hora? Mamá se volteo y pude ver su rostro rojo y lleno de lágrimas.
¿Qué es lo que estaba pasando aquí?

Había una Vez (5) - Simple Coincidencia


     Ella caminaba por las calles de la ciudad. Una ciudad que no conocía de nada pero que sentía como propis. Sentía que había vivido de ahí desde hace años, que conocía cada calle y cada construcción que la formaba. Entro en la tienda de la esquina y vio a un señor mayor, cubierto de canas y arrugas. Vio un gato sobre el meson y cuando quiso acariciarlo, se levanto por lo que trato de alcanzarlo.
     Se sento sobre el sofá con un vaso de jugo helado entre sus manos. Observaba el pequeño cuarto que había arrendado. Las cosas aun estaban embaladas y el lugar estaba un poco descuidado, pero sentía que ya era su hogar. La puerta sono. Se levanto dejando su vaso sobre una de las cajas y fui a abrir.
     Empujo el carrito del supermercado por el pasillo de limpieza mientras por el altoparlante sonó una oferta en las carnes. Tomo un lavaloza y lo dejo en su carrito, alejado de las cosas comestible. Paro un momento para buscar un detergente barato y siguió empujando el carrito a la sección de las carnes tentada por la oferta que acababa de oir.
     Camino por la Costanera, sintiendo la brisa marina y los rayos del sol sobre su piel. Disfrutando los pocos días del verano que quedaban. Un fuerte viento soplo y el panuelo que tenia en su cuello volo por el rojo cielo. Mantuvo su vista en él hasat que sintió alguien frenet a ella, bajo la mirada y vio a un chico sujetando su pañuelo. Su rostro era borroso, solo se distinguía su sonrisa, era clara. Ella estira su mano para coger el pañuelo...

- Señorita- la mueven suavemente- Señorita, despierte- abre un poco los ojos- Ya vamos a llegar- le dijo el auxiliar
- Emm... gracias- respondió aun adormilada y él se fue
     Se acomodo en su asiento, estirandose, 8 horas en un bus no era muy comodo. Se restrego los ojos con una mano y apoyo su cabeza contra el asiento mirando por la ventana, aun no despierta del todo. Se levanta después de un rato y fue al baño. Se mojo la cara, entonces recordó del sueño que acababa de tener. Solo recordaba algunas cosas, todo era confuso. El único recuerdo que le quedaba era el pañuelo y esa sonrisa. Le gustaban ese tipo de sueños, la hacían despertar con una sonrisa.
     Golpearon la puerta del baño por lo que se apresuro a salir y volver a su asiento.
     El poco tiempo que quedaba de viaje, lo paso ordenando sus coasa y pensando en su sueño. Esa si era una buena forma de empezar una nueva etapa de su vida.
     Llegaron a su destino y bajo del bus en busca de sus maletas. Salio del terminal y miro el papel que saco de su bolsillo. Era la dirección de su nueva casa, pero no sabía donde quedaba. Pregunto a un kioskero y él le indico donde quedaba. Cruzo la calle y empezo a caminar por las calles en busca de la casa.
     Esto le hacía sentir tan extrañamente familiar, sentía que ya había vivido esto antes pero no de donde esto. Reviso la dirección, ya estaba en la calle pero no sabía que casa era. Entro a una tienda que estaba en la esquina para preguntar. Un señor mayor atendía y había un gato sobre el mesón.
     “¿Dónde había visto esto antes?”, pensó.
- Disculpe- hablo ella, tratando de ignorar lo anterior
- Diga- respondió amablemente el anciano
- ¿Dónde esta ésta dirección?- pregunto pasandole el papel, él lo leyo
- Ah! Tu vas a ser la ueva vecina- miro extrañada al señor- Esto es aquí al lado solamente. Seles, doblas a la izquierda y golpeas la 2° puerta
- Gracias- contesto con una sonrisa- Creo que nos veremos seguido así que hasta pronto
- Hasta pronto
     Salió y siguió las indicaciones. Tocó el timbre y poco después le abrió una señora.
- ¿Si?- pregunto ella
- Soy la nueva arrendataria
- Claro! Adelante, pasa- si hizo a un lado y la dejo pasar- Ven, vamos a dejar tus cosas. Tenemos que arreglar unos papeles pero eso lo podemos ver después. ¿Cuándo llegan tus cosas?- suben las escaleras
- Hoy, en cualquier momento pueden llegar- respondió
- Oh! Ok. Ven por aquí- doblaron a la derecha y pararon en la 2° puerta, saco una llave y abrió la puerta- Aquí esta- le pasa la llave- Si necesitas algo, golpea- apunta la puerta del fondo
- Gracias- se fue y ella entro.
     No era una casa muy grande, pero era suficiente apra ella. Fue a la que seria su habitación y dejo sus maletas. Se saco un poco de ropa para estar más comoda. Se tomo el pelo y reviso que el agua sirviera. Sintipi un camión afuera. Cerro la llave y se asomo por la ventana. Eran ellos. Bajo las escaleras y les indico lo que tenían que hacer.
     Estuvieron el resto de la mañana subiendo sus cosas. Lo más díficil fueron el sofá y la cama. Cuando se fueron, ella bajo a comprar una botella de jugo ya que tenía mucha sed. Busco en las cajas los vasos y saco uno. Lo lavo y se sirvió, fue al sofá sentandose con los pies arriba. Esto nuevamente se snetía familiar, como si ya lo hubiera vivido.
     Entonces se dio cuenta. Su sueño. Esto lo había vivido en su sueño. La calle, el gato, esto. Era demasiada coincidencia.
- Es solo coincidencia- se dijo a si misma- Esto no puede ser real- rió nerviosa bajando los pies- Si esto fuera como en el sueño, ahora tocarian la puerta.
     Y la puerta sonó. Se quedo asombrada y luego rió nerviosa nuevamente.
- Es solo una coincidencia. Solo una coincidencia- trato de convecerse a si misma
     La puerta volvió a sonar por lo que se levanta y abre la puerta. Era la dueña.
- Tienes que firmar unos papeles- le dijo
Emm... si, claro, enseguida- se da la vuelta para dejar el vaso en la cocina
- ¿Te paso algo?- pregunta
- No, no, nada- responde volteando la cabeza- Ya vamos- dijo saliendo
     Acompaña a la señora a su casa a firmar unos papeles. Trato de concentrarse en los papeles y no en esas estupideces.
     “Son solo coincidencias”, se repetía en su cabeza.
     Cuando termino, volvió a su casa. Ordeno un poco pero se dio cuenta que no tenía nada de comida ni cosas para limpiar. Tenía que ir al supermercado. Entonces recordó la otra parte de su sueño. Sacudió la cabeza, tratando de sacar esa idea de su cabeza. Tomí el dinero y sus cosas y se encamino al supermercado más cercano.
     Tomí un carrito, aun dudando, pero al reaccionar de lo tonta que se debía ver, tomo el carro y empezo sus compras. Compro comida, pan, cosas para el baño y por último, las cosas de aseo. Camino lentamente por el pasillo, todo parecía tan igual. Entonces escucho el sonido de antes de anunciar una oferta. Casi involuntariamente ella dijo lo que ya antes había oido.
- Si compra ás de $3000 en carnes, lleva un descuento del 20%. No se pierda esta única oportunidad- dijo a la vez con el altavoz
     Estaba estupefata. No podía creer que esto estuviera pasando en verdad. Todo lo que había soñado había pasado en verdad. La calle, el gato, el sofá y ahora el supermercado. Solo faltaba el pañuelo y esa sonrisa. Tenía que hacerlo, tenía que intentarlo. No tenía nada que perder, excepto su salud mental.
     Tomo las cosas que le faltaban y fue a pagar. Estaba ansiosa, quería llegar a su casa. Se sentía estúpida pero que más daba. Volvió corriendo a casa y dejo las cosas en cualquien lugar. Busco entre sus maletas su pañuelo favorito. Salió nuevamente y tomo el autobus que la dejara cerca del mar, no sabía muy cual era pero poco le importo.
     Cuando bajo, el cielo se estaba volviendo rojo. Camino un poco y entonces sintió ese fuerte viento. Su pañuelo volo y lo siguió con la vista. Sintió alguien frente a ella, pero cuando miro, se encontró con la nada. Volteo a todos lados pero no había nadie. Volvió su mirada al pañuelo y vio como se iba por los cielos. Lo quedo mirando, sintiendo una gran decepción y estupidez. ¿Qué estaba esperando? ¿Un principe azul? Espero demasiado de un sueño y al final solo quedo con las esperanzas muertas y sin su pañuelo favorito.

Mi Princesa ~ Capítulo 6: Primer Beso


Capítulo 6: Primer Beso

Alexander fue hacía la habitación de la princesa. Estaba preocupado por ella, la actitud de su madre no había sido la mejor. Elise debía estar muy molesta. Golpeó la puerta de la habitación, tras unos momentos le abrió Nana.
- ¿Qué desea?- pregunta
- Quiero hablar con Elise
- Me temo que la princesa no quiere hablar con nadie
- Por favor, necesito hablar con ella, es de verdad importante
- Le avisare que usted está aquí y veré si puede hablar con usted
- Está bien
Nana cerró la puerta y él suspiro. Tenía que hablar con ella, disculparse por lo que había pasado. Abrieron la puerta asustándolo levemente.
- La princesa está durmiendo ahora
- Está bien- dijo algo decepcionado
- No se preocupe señor, cuando despierte le digo que usted quiere hablarle
- Gracias
Nuevamente a puerta se cerró y se fue resignado. Nana se apoyó en la puerta y miro la habitación vacía suspirando. Las cosas que hacía por su princesa.

~ ♕~

La princesa caminaba por el valle que estaba detrás del castillo, quería estar sola, necesitaba tranquilidad para pensar y sabía perfectamente a donde tenía que ir para conseguirlo. Caminado derecho desde la salida trasera del castillo y adentrándose un poco en el bosque se podía llegar a una pequeña cascada. Ella la había encontrado cuando pequeña y siempre venia si necesitaba pensar. Se sacó la capa que tenía puesta y la dejo a un lado, se acercó a la orilla y se acuclillo para ver sus aguas cristalinas. Entonces sintió que alguien se acercaba, pensó que era alguien del palacio que había venido a buscarla, por lo que se levantó rápidamente, pero perdió el equilibrio cayendo hacia el agua. Pero alguien le toma la mano antes que cayera. Ambos se sorprendieron de verse nuevamente y menos en estas circunstancias. Estuvieron unos momentos así, sin hacer nada.
- ¿Me vas a ayudar o me piensas soltar?- pregunto algo asustada
Le tiro del brazo y esta cayó sobre sus rodillas al piso al igual que él.
- Gracias- le dijo suspirando aliviada, él solo asintió- ¿Qué haces aquí?- pregunto
- ¿Acaso no puedo estar aquí?- dijo un poco molesto
- No es eso, es solo que no esperaba encontrarte aquí
- Y yo menos- bufo
- Que pesado eres
- Mira quién habla
- No se puede hablar contigo Derek- le dijo molesta levantándose pero él le tomo la mano e hizo que se sentara de nuevo
- Perdón, quería molestarte un rato pero no tiene gracia si tú no te enojas y en vez de eso te vas
- ¿Por qué siempre me molestas? Nos hemos visto 3 veces y en ninguna hemos podido hablar normalmente
- No lo sé. La verdad es que la primera vez yo no quería tratarte así, en verdad no sabía quién eras y tú te lo tomaste mal, y después en el baile tú seguías enojada así que seguí con el juego.
- ¿Por qué no sabías quién era?- pregunto curiosamente- Tú vives aquí, deberías saber quién era, ¿no?
- Es que yo no venía aquí desde que tenía 10 años- respondió melancólico
- ¿Por qué?
- Me fui a trabajar a otra ciudad
- ¿Desde tan pequeño?- dijo sorprendido
- Si, necesitábamos el dinero para comprar la medicina a mi hermana, ella estaba muy enferma, necesitaba esa medicina para vivir
- ¿Necesitaba?
- Ella murió hace unas semanas- le contesto agachando la mirada
- Dios mío, lo siento muchísimo- dijo llevándose una mano al pecho
- Si, fue terrible pero supongo que donde este ahora está mejor que cuando estaba sufriendo viva, ahora está en paz- se encoge de hombros- Regresé hace una semana donde mis padres, supongo que tendré que seguir trabajando pero ahora puedo trabajar en la ciudad así que no voy a estar lejos de ellos
- Te debo una disculpa- dijo después de unos segundo Elise- No te he tratado con justicias
- No te preocupes por eso- le dijo-, creo que desde que llegue no me divertía tanto- le sonrió- Te ves graciosa enojada- frunció el ceño y sus labios- Si esa misma cara- se rió y ella acerco su mano al pequeño lago y le tiro agua- ¡Oye!- se quejó y ella se rió.
Antes que se pudieran dar cuenta, habían empezado una pequeña guerra de agua. Corrían por la orilla huyendo el uno del otro, se reían fuertemente divirtiéndose un rato.
Elise miraba hacía la cascada ya que Derek se había escondido. Entonces alguien la asusta, da un grito y al darse vuelta para encararlo, piso mal haciendo que nuevamente perdiera el equilibrio, trato de sujetarse en él pero ambos cayeron al agua hundiéndose profundamente. Al salir del agua tosía para recuperar el aire.
- ¿Estás bien?- pregunto Derek
- ¡Me botaste, tonto!- le dijo tirándole agua y riendo
- Fue tu culpa tú te caíste y me botaste- se rió, le fue imposible no hacerlo, nado a la orilla y se salió del agua- Ven- le dijo extendiéndole la mano, ella nado hasta él y le tomo la mano para que la sacara. Cuando estuvo afuera se estrujo el cabello y la ropa, pero obviamente seguía húmedo
- Sácate los zapatos y tu ropa, por lo menos la parte de arriba
- ¡¿Qué?!- dije sorprendía y sonrojada- No voy a sacarme la ropa, me quedaría desnuda
- Te vas a enfermar si no te lo sacas
- ¿Pero que me voy a poner?-él miro la capa que estaba en el suelo y lo tomo
- Es tuyo, ¿no? Póntelo
- Pero…-trato de protestar pero él la interrumpió
- Es por tu bien, Elise
- Está bien pero no me voy a cambiar delante tuto- Derek se rió
- Tampoco te quiero ver, no soy tan pervertido- lo miro incrédula- Vamos, ¿en serio piensas eso de mí? Me ofendes. Bueno, mejor porque no vas atrás de los arboles a cambiarte
- Está bien
Tomo la capa y se fue atrás de unos árboles. Se sacó la parte de arriba del sencillo vestido que llevaba y la dejo a un lado, se puso la capa, tomo su blusa y se tapó saliendo al encuentro de Derek. Cuando volvió no pudo evitar sonrojarse al verlo sin camisa, tenía un torso que cualquier hombre envidiaría. Derek se dio cuenta de su presencia se volteó y la invito a sentarse a su lado. Se acercó tímidamente y se sentó, sujetándose más la capa. Dejo la blusa a un lado para que se secara.
- Sabes, no eres tan pesada como creía- dijo Derek sonriendo
- Supongo que no me pillaste en un buen día
- ¿Por qué?
- Estaba estresada con todo lo del baile- suspiro
- ¡Ah! Si, el baile- dijo con cierto desagrado- ¿Y en que termino?
- ¿Cómo?
- Con quien te vas a casar-dijo dejando de mirarla
- ¡Ah! ¿Para qué quieres saber? Si de todos modos no lo conoces
- Si, supongo que no importa-dijo en voz baja
Se quedaron en silencio durante unos largos minutos. Derek estaba triste y no sabía por qué. Bueno, si lo sabía pero no quería admitirlo. Se negaba a hacerlo. Elise lo miraba de reojo apoyando su cabeza en las rodillas. No sabía que le pasaba, estaba muy serio, le preocupaba. Aunque enseguida se desconcentraba mirando su cuerpo. “¡Deja de mirarlo!”, se dijo a si misma sacudiendo su cabeza.
- ¿Qué pasa?- pregunto Derek
- ¡Ah! ¿Qué? No, nada- dijo nerviosa y sonrojada, él se rio
Miro su blusa y la toco, la estaba seca. La tomo y se levantó aun sujetándose la capa.
- ¿A dónde vas?- pregunto
- A cambiarme la ropa, ya vengo
Nuevamente hizo lo que ya había hecho hace ya una media hora, fue atrás de los árboles y se cambió. Ahora se sentía más cómoda. Volvió y se sentó más cerca de él, no supo por qué lo hizo.
- ¿Te pasa algo?- pregunto Elise
- No, ¿por qué?
- Estas muy serio- suspiro
- No es nada
No hablo más. Ella se quedó mirando la cascada sin decir nada. Derek la miraba, tenía deseo de hacer algo, pero sabía que estaba mal, que no debía. Pero siempre lo había deseado hacer, desde hace mucho tiempo. Lo iba a hacer, estaba decidido.
- Elise- la llamo
Ella se volteó pero él no hacía nada, solo mirarla. Se puso algo nerviosa, pero él lo estaba mucho más.
- ¿Qué pa…-antes que terminara de decir la palabra, Derek se acerca y le da un beso
Elise se sorprendió notablemente, no sabía cómo reaccionar. Era su primer beso… Y no se supone que se lo debía dar a él. ¡Se suponía que debía dárselo a su prometido! Pero no hizo nada, le agradaba la sensación de cosquilleo en su interior. Pero sabía que estaba mal, que no debía, por lo que con la poca fuerza de voluntad que tenía lo empujo suavemente.
- Derek, no- dijo suavemente
- ¿Por qué?
- Me voy a casar, esto no debía haber pasado
- ¿Qué importa eso?
- Importa bastante. Sabes que si alguien se llegara a enterar no se vería bien
- ¿Y qué?
Nuevamente se acerca y la besa. Posa su mano en la mejilla de Elise y con el pulgar se la acaricia. Ella se guarda un suspiro, el cosquilleo que sentía era agradable, relajante. No podía negar que el beso le gustaba. Elise apoyo sus manos en los hombros de él correspondiéndole el beso, él sonreía entre el beso por eso.
- No, no, no- dijo levantándose
- ¿Qué pasa?
- ¡Pasa que lo que paso ahora no debió haber pasado! ¡Dios, ni siquiera puedo hablar bien! Me voy, no puedo seguir aquí
Tomo la capa y salió corriendo de allí mientras él seguía mirándola como se iba con una sonrisa pícara. La mente de Elise rondaba miles de preguntas, dudas. Estaba confundida, muy confundida. Solo quería llegar al palacio y olvidarse de todo esto, pero sabía que no iba a poder olvidar su primer beso.

Off Topic (3) - Alicia ya esta muerta, carolín ♪

Muchos conocerán canciones infantiles, que le cantaban sus papás de niños, pero no muchos saben su verdadero significado, así ahora les voy a arruinar su infancia mostrar su significado.

El Perro Judío

¿Cuántos panes hay en el horno?
25 y un quema'o
¿Quién los quemó? El perro judío
Arráncate perro que allá voy yo, ron ron
eso te pasa por aturdí'o, ron ron.

Sobre la canción: ¿Qué más claro? ¿Judíos y horno? Maldita crueldad hacia los judíos.

Alicia va en el coche*

Alicia va en el coche Carolin (2X)
A ver a su papá Carolin Cacao Leo Lao (2X)
Que lindo pelo lleva Carolin (2X)
Quien se lo peinara Carolin Cacao Leo Lao (2X)
Se lo peina su tía Carolin (2X)
Con peine de cristal
Carolin Cacao Leo Lao (2X)
En coche va una niña, carolín, (bis)
hija de un capitán, carolín cacao leo lao. (bis)

¡Qué hermoso pelo tiene; carolín! (bis)
¿Quién se lo peinará? carolín cacao leo lao. (bis)

Lo peinará su tía, carolín, (bis)
con mucha suavidad, carolín cacao leo lao. (bis)

Con peinecito de oro, carolín, (bis)
y horquillas de cristal, carolín cacao leo lao. (bis)
Alicia cayó enferma, carolín (bis)
Quizá se sanará, carolín cacao leo lao. (bis)

Alicia ya está muerta, carolín. (bis)
La llevan a enterrar, carolín cacao leo lao. (bis)
Alicia va en el coche, carolín (bis)
Con techo de cristal, carolín cacao leo lao (bis)

Con varios oficiales, carolín, (bis)
y un cura sacristán, carolín cacao leo lao. (bis)

Encima de la tumba, carolín, (bis)
un pajarillo va, carolín cacao leo lao. (bis)

Cantando el pío, pío, (bis)
y el pío, pío, pa, (bis)

* La canción completa nunca fue grabada y las letras que se tiene no están completas.
Sobre la canción: La historia de Alicia trata de cuando los niños se contagiaban de peste o tuberculosis (no estoy segura de cual era). Según se dice, la canción estaba escrita para que los niños obedecieran a sus padres, que se abrigaran y cosas así.

Los pollitos dicen

Los pollitos dicen
pio pio pio
cuando tienen hambre
cuando tienen frío
La gallina busca el maíz y el trigo
les da la comida y les presta abrigo.

Sobre la canción: Los niños pasan miseria en una familia mono parental.

Hay muchas otras canciones con significado extraños, como Caballito Blanco o Pin Pon. Busquen en internet, van a encontrar varias interesante o pervertidas (porque si, hay canciones pervertidas xd)
Bueno, las dejo.

¡No Me Olvides! ~ Capítulo 7


Capítulo 7

Mientras tanto, Daniel iba a visitar a Gabriela, ya que a él no le había aviso que ya había despertado. Entra en la habitación, y la encuentra vacía. Se asusta y va donde la enfermera que se encontraba tras el mesón.
- Disculpe, la paciente de la habitación 124, ¿Dónde está?
- Déjeme ver- revisa unos papeles- ¡Aquí esta!, la dieron de alta esta mañana.
- ¿De alta?- dijo sorprendido- ¿Eso quiere decir que despertó?
- Si, ayer en la tarde- dijo sonriente.
- Ok, ¡gracias!
No lo podía creer, estaba muy alegre, aunque un poco molesto porque no le avisaron, pero no le extraño que no le dijeran. Salió del hospital y fue lo más rápido que pudo, ya no podía esperar a verla de nuevo. Golpeo la puerta, y espero un momento. Se abrió y era Belén.
- ¿Qué quieres?- dijo con desagrado.
- No es obvio, quiero ver a mi novia.
- No puedes- dijo Eduardo quien había aparecido atrás de su esposa.
- ¿Por qué?- dijo ya un poco molesto.
- No vamos a dejar que veas a nuestra niña.
- Ella es mi novia, quiero verla.
- Ya no- respondió serio.
- Me va a ver tarde o temprano, esto no va a durar para siempre.
- ¿Es una amenaza?- dijo Belén.
- Es una promesa- diciendo esto se va.
Cierran la puerta, y ven en la escalera a Gabriela mirándolos confusos.
- ¿Quién era?- pregunto.
- Nadie, no te preocupes.
- Ok- sube nuevamente.
Aunque ellos no lo quisieran admitir, era verdad lo que Daniel había dicho. No podían evitar que ellos se vieran, iban en la misma clase, pero ella al no recordarlo no corrían peligro. Aun así, tenían miedo.
Ya era de noche y Gabriela ya estaba acostada, esperando que se fueran a despedirse de ella.
- ¿Mamá?- dijo cuándo esta la arropaba.
- Dime, corazón.
- ¿Cuándo voy a volver a la escuela?
- No lo sé, ¿quieres volver ya?
- Pues, si y no, quiero conocer a mis compañeros, además voy a tener que ir tarde o temprano.
- Bueno, si todo está bien, puede que vayas el lunes.
- Ok, mamá.
- Ahora duerme, hasta mañana, amor.
- Hasta mañana.
Apaga la luz y duerme.

Mi Princesa ~ Capítulo 5: Conociendo a la familia

Capítulo 5: Conociendo a la familia

Al día siguiente de esa maravillosa noche, todos en el castillo ya sabía la noticia. Elise había ido junto a Alexander a donde los reyes a contarle la noticia. Ellos estaban emocionados, y ni hablar de Nana, que casi no aguantaba las lágrimas. Ella sonreía, los reyes sonreían, Nana sonreía, pero aunque Alex también lo hacía, en su interior sentía su opresión, pero trataba de disimularlo.
Elise estaba sentada en el tocador, mientras que Nana la peinaba. Estaba emocionada de conocer a los padres de su futuro esposo, sus suegros. Llevaba uno de sus mejores vestidos, y sus mejores joyas. No paraba de sonreír y le dolía el estomago de los nervios.
- Ay, Nana, ¿no es bella la vida?- dijo suspirando- Que linda es el mundo, que lindo es el amor. ¡Todo es perfecto!- grito
- Mi niña, si que esta feliz con esto del matrimonio.
- ¡Sí! ¿Cómo no voy a estarlo? Tú mejor que nadie sabe que lo que más quería en la vida era encontrar el amor, ¡y ya lo hice!
- Si...-dijo con tono melancólico
- ¿Qué pasa?- pregunto dándose la vuelta para verla a la cara.
- Es que estas creciendo, y ya no me vas a necesitar...- suspiro
- Siempre te voy a necesitar, sabes que yo no sirvo mucho- se rió- Así que cuando me case y me vaya, tú te vas conmigo
- ¿En serio?- se emociono
- Claro, ¿quien me va a ayudar cuando tenga que cuidar a mis hijos?- y sonrió.

Ya estaban sentado en la mesa Alex, y sus padres, Rosalie y Clement. Alex estaba nervioso, quería salir corriendo. Se sentía culpable, mal, él no era así, pero sus padres lo obligaba, con algo que a él le importaba mucho. Las puertas se abrieron y entraron los reyes junto a su hija. Ella vio a su prometido y le dio una sonrisa. Le sonrió y corrió la vista, la vergüenza no lo dejaba. Tras las presentaciones, reverencias entre otras cosas, se sentaron a comer.
Elise estaba sentado frente a él, cada cierto rato lo miraba, y varias veces se encontró con sus ojos azules. Quería que terminara luego la comida para poder pasar más tiempo con él y poder conocerlo más.
Rosalie miraba a su alrededor y quedaba maravillada. Todo era tan lujoso y tan fino. Su esposo estaba igual, sentía ganas de tomar algo y llevárselo, pero no lo hizo ya que echaría todo a perder. La madre vía como Elise miraba a su hijo. No le caí bien, le tenía envidia. Elise tenía todo lo que ella había querido siempre y eso le molestaba. La princesa se dio cuenta de que la miraban y no de una buena forma. Estaba asustada.
Los reyes le hacían pregunta a toda la familia Buscemi, como que profesión tenía Clement, o si tenían más hijos. Mientras comían, los reyes tuvieron que retirarse un momento ya que había ocurrido un improvisto- Se disculparon y se fueron.
Tan solo pasaron unos minutos, y llego uno de los meseros con el postre: macedonia. Rosalie arrugo la nariz y  lo empujo con asco.
- ¡¿Qué se supone que es esto?! Pensé haber mencionado que no me gustaban las cerezas.
- A mi no me han dicho nada eso, señora.
- Pues yo se lo dije
- Lo siento señora
- No basta con un lo siento, quiero que me haga otro postre.
- No creo que sea posible, señora.
- ¡¿Por qué?!
- El cocinero esta ocupado en estos momentos y...-lo interrumpe
- ¡No me interesa! Quiero otro postre, ¡ya!
Elise no aguanto más, ¿quién se creía ella para tratarlo así?
- Disculpe, usted no le puede tratar así- la miro sorprendida- Clark, puedes retirarte
- Gracias, princesa- le hizo una reverencia y se fue
- ¡¿Pero qué...?!
- Pero nada, usted es sola una invitada, no quiere derecho de gritar ni mandar a nadie aquí, ¿ok?- se quedaron en silencio- Ahora si me disculpan, me voy a mi habitación. Permiso
Se levanto y camino decidida a su habitación. Estaba enojada, no le gustaba nada la actitud de su futura suegra. Rogaba en su interior que su hijo no fuera igual